jueves, 18 de noviembre de 2010

amor irónico

No me salen las palabras que describan una situación semejante, los llantos que no quieren salir me queman por dentro, con un odio que me llama a la puerta cada noche y me dice: mañana volveré.
No sé muy bien que me pasa, ni sé cómo arreglarlo… es una situación que se une a otra aún peor, y se va haciendo un mundo enorme que no puedes destruir porque no sabes porque ha llegado a ese punto.
¿Amor? ¿Es el amor el causante de mi insomnio y mis pesadillas? Quizá sí, pero a quien amo? ¿A un amig@, a un “más que amigo”, a un familiar? Si de verdad fuese ese el problema, debería empezar por resolver ¿Qué es el amor? ¿Es solo esa sensación de mariposas en el estomago? No lo creo. El amor es mucho más que un beso, que el primer beso, que la primera vez, el amor es cuando pierdes una persona que es más importante en tu vida de lo que puedas llegar a imaginar, la pierdes, y sabes que es para siempre, que quizá no la vuelvas a ver jamás, que un fallo, un simple error en tu insignificante vida a causado que pierdas esa parte que te complementaba, con la que habías hecho tantas cosas, con la que mil veces habías llorado, reído, cantado… ¿Y ahora qué? ¿El amor es único? ¿Solo te “enamoras” una sola vez en tu vida?
Pues no, el amor no es único, el amor no es una sola mirada, no es solo una caricia, un primer paseo una tarde de otoño, un primer café en un bar perdido, un primer concierto que no llegó nunca, no.
El amor, es esa sonrisa que te ilumina cuando las cosas no van bien, el amor es esa risa que no puedes evitar cuando alguien te hace sentir especial. Es ese cumulo de sensaciones, con un amig@, con un familiar, con un grupo de música, o con esa persona que nunca pudiste tocar su piel, nunca pudiste besar sus labios, nunca pudiste abrazar en una tarde de lluvia, a lo mejor algún día lo puedas hacer, y te sentirás bien contigo mismo, pero volverás a fallar, volverás a equivocarte y a dejar pasar ese tren que tenias que coger, o no, qué más da, la vida es un equilibrio, un puto equilibro que sube y baja cuando quiere, la vida no pregunta y tú no tienes respuesta, ni tienes la obligación de encontrarla, pero tienes que enfrentarte a ella, a el peor de tus miedos, y decirle: vuelve si quieres, atrévete a hacerme llorar tantas veces como quieras, porque siempre tendré alguien, siempre tendré un rincón, donde pueda reír, donde pueda vivir sin que me atormentes.